Hola. Soy Juan David y tengo 16 años. Ahora mismo me siento un poco frustrado. Pero yo nunca tiro la toalla, aunque si sigues leyendo, creo que me entenderás. Estaba deseando finalizar cuarto de la ESO porque mis padres me habían prometido un pequeño viaje con mis amigos durante el verano. No pudo ser, por culpa de esta pandemia. Nos conformamos con videollamadas semanales y nuestras partiditas al FIFA de cada domingo.
Ahora estoy en 1º de Bachillerato en un instituto pequeño y humilde, en el que apenas tenemos recursos electrónicos. Sin embargo, mis profesores son geniales y siempre me han motivado mucho a estudiar, aprender cosas nuevas y conocer la cultura e historia de mi localidad y alrededores, y lo cierto es que a mí, me encanta. Disfruto mucho leyendo, aunque prefiero dibujar a escribir. No es por fardar, pero a las chicas les encantan mis creaciones y eso me ayuda bastante a ligar, pero sin ataduras. Por fortuna en septiembre volvimos a las aulas y, al menos, puedo ver un rato a los colegas y evadirme de mis seis metros cuadrados de habitación. Como vivo en un pueblo pequeño, suelo salir a pasear al monte con mi hermana los fines de semana y, en ocasiones, nos cruzamos con algunos amigos, lo cual es siempre una alegría. Todos los días, antes del toque de queda salgo a correr, porque me encanta hacer deporte.
Durante el confinamiento pasé mucho tiempo delante de pantallas, aunque también convertí el cuarto de estudio en un pequeño gimnasio. Aunque no soy yo muy de compartir vídeos en Tik-tok o fotos en Instagram, me he pasado algunas horillas al día viendo vídeos de mis colegas, a veces incluso hacíamos videollamadas. Mi hermana, que está en la universidad, subía una foto por día y me ha tenido de fotógrafo, pero la verdad es que el confinamiento nos ha unido bastante. Aunque yo siempre he sido estudioso, nunca he sido un ratón de biblioteca como ella. Pero en esos meses de confinamiento me dejé asesorar y compaginé Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer - que nos habían pedido en el insti - con Ruta al exilio, de Antonio Trives. Este último se lo recomendó una de sus profes de la universidad y le flipó. Lo cierto es que a mí también me ha gustado mucho y me ha abierto los ojos para ver la realidad de chavales como yo que huyen de su país solo por la guerra. Gente joven, de clase media-alta, con una vida muy parecida a la que llevaba yo antes de la pandemia (insti, salidas los findes con los amigos, pachangas de fútbol…) y que, de golpe, se ven obligados a huir a punta de metralla. El profe de valenciano nos pidió que leyéramos La fel y la mel y, aunque me ha parecido un poco ñoño, me ha gustado la forma de la narración. Mi hermana también me animó a leer la serie completa de Harry Potter (porque ella es una auténtica fan) y, aunque yo había visto ya todas las películas, nunca había leído los libros. Jamás admitiré esto delante de mi hermana, pero ¡me han encantado! Ahora tengo en el escritorio Tirant Lo Blanc, que se me está haciendo un poco bola y La Casa de los Espíritus, que espero terminar esta semana. Antes de empezar con las lecturas obligatorias del instituto leí Toda la verdad sobre el caso Harry Quebert y estoy deseando empezar El libro de los Baltimore, pero creo que tendrá que esperar un poco más. La profesora de Historia del mundo contemporáneo nos ha recomendado leer Postguerra, de Tony Judt y, aunque es un poco tocho, me llama mucho la atención.
Cuando estoy un poco de bajón me gusta leer poemas de Lorca y Miguel Hernández que, a pesar de sus problemas, siempre plasmaban con palabras bonitas aquello que les rodeaba.
Además de deportista (y romántico en secreto), soy bastante aficionado a los cómics, de hecho algunos de mis dibujos tienen historias detrás, aunque nunca me he atrevido a escribirlas. El verano pasado disfruté de Harley Queen: Cristales Rotos y no solo por los increíbles grafismos de Mariko Tamaki, sino porque soy muy sensible con los temas sociales y creo que esta historia engloba algunos de los más relevantes. Leí también Harleen, de DC. Como todos los comics de esta firma, me han hecho darle al coco. Pero me ha molado bastante.
El resto de mi descanso estival lo dediqué a ver series o hacer deporte ya que en verano tuvimos un poco más de tregua. Vi la serie completa de Kalifat, y la de Vivir sin permiso, en Netflix, así como la última temporada de La Casa de Papel.
Mi hermana no para de recomendarme libros y a mí, se me acumula la faena, porque no soy capaz de leer tan rápido como ella, pero cada vez me quedo hasta más tarde leyendo y menos horas con el móvil.
PD. Me siento mejor que cuando empecé a escribir este post, quizá no sea tan mala idea ponerle texto a mis dibujos.
Autora: Lorena Santos Maestre
Excelente texto. Y sobre todo, demuestras gran empatía con tu alumnado. El lunes, seguro que la encuesta te gustará.
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